Asistimos a importantes incentivos por parte de los ayuntamientos para el mayor uso de bicicletas y patinetes. No es extraño ver como muchas ciudades se han volcado con la bici, con carriles para circular por muchas zonas urbanas. Esto es así porque la movilidad de este tipo de vehículos no sólo es más eficiente y ecológica, sino que también permite la descongestión en momentos de tráfico intenso en zonas centrales y mejora la calidad del aire.
Sin embargo, más allá del centro, si no es posible aparcar la bici en diferentes puntos de la ciudad, se da el caso de numerosas infracciones de las ordenanzas municipales por la falta de espacios adecuados, siendo habituales las imágenes de bicicletas amarradas al mobiliario urbano o los árboles por falta de aparcamientos.
En este sentido cada vez es más común la búsqueda de soluciones de “micromovilidad” para aparcamientos, custodia y recarga de bicicletas y patinetes que favorezcan el transporte en los desplazamientos urbanos entre barrios. Espacios que permitan dejar las bicicletas y patinetes como si la estuvieran dejando en casa.
Es cierto que muchas ciudades han aumentado sus aparcabicis, pero estos son insuficientes ante el volumen de bicicletas que sigue aumentando. La creación de aparcamientos seguros para la bicicleta surge como una de las grandes necesidades derivadas del incremento de su uso. Hacen falta aparcamientos para bicicletas en las proximidades de los gimnasios, los supermercados, las cafeterías, los colegios, etc. con el fin de que las personas que hacen uso de estos servicios puedan desplazarse con plena comodidad sin necesidad de recurrir al vehículo privado.
Así, no solo podemos desplazarnos con más comodidad también contribuimos a la sostenibilidad de nuestros barrios.
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