No es extraño ver en las ciudades, como a falta de un aparcabicis los ciclistas aparcan sus bicicletas en soportes espontáneos. Estos espacios espontáneos consisten en sitios no habilitados para este uso como atar la bicicleta a los árboles o señales de tráfico entre otros elementos.

Esto puede suceder por diferentes motivos, aunque generalmente se produce por un elevado número de bicicletas para pocos aparcamientos disponibles o por el interés del ciclista de aparcar su bicicleta cerca de su destino.

Esta situación, aparentemente beneficioso para algunos, en realidad también supone un problema para el resto de los usuarios de los espacios públicos ya que se interrumpe el paso de peatones o el arbolado puede verse perjudicado.

Es necesario buscar soluciones que permitan decir adiós al aparcamiento espontáneo con una oferta de aparcabicis en la ciudad.

Por lo tanto, se hace necesario buscar soluciones que permitan decir adiós al aparcamiento espontáneo con una oferta de aparcabicis en la ciudad que sea suficiente. Gracias a la información que podemos extraer de los aparcamientos espontáneos podemos determinar hábitos de uso y lugares más habituales para aparcar. De este modo será más sencillo realizar una planificación adecuada de la instalación y gestión de los aparcabicis.

Es más, incluso puede resultar interesante hacer participes a los usuarios de aquellos lugares que pueden ser más interesantes y necesarios para la instalación de los aparcabicis: proximidad a instalaciones deportivas, centros educativos, espacios de ocio, etc.

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